«Sumatoria»: obra web interactiva

Autor: Andrés Venturino
Idioma: Español
Fecha de Publicación: 01/04/2009
Tipo de publicación: Texto

Andrés Venturino: diseñador, artista visual, creador del Proyecto Baldosas (www.baldosasnet.com.ar)

Sumatoria (2004)

«Podemos experimentar Sumatoria como una finita suma de movimientos entrelazados. O de sonidos entrelazados. Podemos conocer cada uno de los movimientos por separado y realizar nuestra propia suma. Ese conocer cada uno de los movimientos nos permite manejar la obra de alguna manera. Ese conocer está abriendo nuestra propia sensibilidad a generar mi sumatoria. A variarla. A no sumar. Llegar al silencio, si así lo requiero.

Sumatoria no es una obra musical, no es una obra visual, es una composición de ambas. Los sonidos acompañan al movimiento y las figuras de color a los sonidos. Sumatoria no es una obra climática, es una obra de texturas rítmicas, de movimientos duros.

Sumatoria es una obra de ciclos. Ciclos que permiten experimentar la suma, la resta. La repetición infinita, si lo necesito. Los sonidos son fragmentos tomados de The Perilous Night, parte de la música para piano preparado de John Cage. Los sonidos pertenecen a una obra formal de un compositor contemporáneo. Sumatoria es una lupa sobre esa formalidad sonora. Es partir ese piano y llevarlo a la suma de pianos con la suma de cuadrados. Una figura simple, perfecta, el cuadrado se transforma en luz, en color, en movimiento. Se hace múltiple. Se transforma en su mosaico. Es el origen del movimiento y es la suma de ese movimiento. Su mosaico son posibilidades de ver. Son posibilidades de acción. Su mosaico es su multiplicidad. Es cantidad de caminos posibles. Es red de vínculos posibles.

Sumatoria es una obra que necesita de la intervención del espectador para ser. Necesita de su propia suma.»

Ver obra on-line: «Sumatoria»

Estados de un proceso creativo

[Andrés Venturino, noviembre, 2009]

Definir un proceso creativo es definir un proceso personal. Es definir un camino de creación propio. Es conceptualizar los estados de una obra de arte. Definir un proceso creativo es pensar una obra antes de ser sonido, de ser imagen, antes de ser embrión, hasta su materialización final. Una obra nace en algún lugar del creador, se desarrolla y se materializa. Pensar un proceso creativo es ir a lo anterior del nacimiento. Anterior al embrión. Ese lugar incómodo de no saber. Ese lugar de fastidio. Donde todavía no hay plan. Ni proyecto. Ni obra. Ese lugar de incertidumbre. Ese principio invisible. Oculto. Ese principio de estímulos múltiples. En donde todos los sistemas están en interactiva ebullición. Donde el caos se hace presente para dar surgimiento a lo nuevo. Esto nuevo es lo oculto, esto nuevo es la superficie de lo oculto. Este no saber, este estado anterior al comienzo sale a la superficie. Se visualiza. El creador sigue en ebullición pero en luz, en superficie. La obra sigue sin ser. Los sonidos no están, las imágenes tampoco. Pero hay una conciencia de ese malestar que estaba oculto. La pregunta simbólica comienza a formarse. Y lentamente su respuesta. La obra. Esa respuesta que saldrá de la convivencia obra-creador-entorno. Esa respuesta que saldrá de las metamorfosis de esa convivencia. Por este camino la obra encontrará sus sonidos, su forma, su sentido. Por este camino habrá nacido otra vez el creador y habrá muerto. Habrá sumado experiencia, que es proceso en estado puro. Por este camino no habrá retorno. Por este camino la obra se materializará y será del espectador. Que la hará propia y modificará su tiempo y se transformará en experiencia, que es proceso en estado puro.

Encontrar un proceso creativo es encontrar un plan. Un plan abierto, un plan irreversible. Un plan de relaciones (movimiento y reposo; velocidad y lentitud). Un plan de relaciones que producen multiplicidades. Un plan que se construye por medio de ejercer un papel selectivo mediante el modo de conexión de esas multiplicidades. Hay una eliminación de lo que no necesito. No en forma jerárquica, sí en forma rizomática. Una elección rizomática es elegir un camino posible en la meseta. En la superficie. En un rizoma existen múltiples posibilidades de transitar. Un rizoma es una red de posibilidades. Un rizoma no comienza ni termina. “Una meseta no está ni al principio ni al final, siempre está en el medio.“[1]Una meseta es un lugar donde las posibilidades están expuestas en simultáneo y sin jerarquías. Están en el plano. Un lugar donde transitar. Una meseta es donde el rizoma sucede. En donde las posibilidades existen. Sólo un camino es posible para la obra. Sólo un plan. Un plan incierto. Un plan que se va formando por medio de elecciones. De relaciones. Un plan de composición. Que se constituye al exteriorizar los sonidos y las relaciones entre ellos. Este plan hace que la obra sea en si mismo una unidad. Que las relaciones y elecciones generen esa unidad y que se desarrollen como tal. Una forma encontrada es una territorialización devenida en una desterritorialización. Un juego de búsqueda infinita en donde el sentido es no quedar atrapado. No quedar deslumbrado por ningún encuentro maravilloso. Este plan va formando una grieta en la superficie. Que es la frontera, el umbral de la obra y de su creador. Que es su entorno. Que es la experiencia aprehendida. Que es la meseta por donde la obra y el creador van a circular.

Algo de mi muere. Algo de mi ilumina mi vacío. Algo de mi ha cambiado. La obra existe. El ciclo se materializa. Vuelve esa luz. Vuelve la muerte. Vuelve la ausencia. El plan está develado. Los caminos ya están en la superficie. En mi nuevo límite. Conozco mi proceso. Lo formalizo.

Proceso creativo de “Sumatoria”[2]

“Sumatoria” nació de la intersección de pensar la música de John Cage animada mediante una forma perfecta, un cuadrado. Nació con una primera y única animación de 49 cuadrados tomando como base la planta del Jardín del Exilio del museo judío de Berlín[3] de Daniel Libeskind.[4]

“Sumatoria” nació de haber encontrado en la obra “Music for Prepared Piano” de John Cage, el ritmo y la dinámica para que estos primeros 49 cuadrados pudieran moverse en el espacio plano de la pantalla.

Para este primer nacimiento existe un estado previo y uno posterior. La pregunta que se podría formular para contextualizar este primer paso previo es: ¿cómo surge unir a Cage con la planta del Jardín del Exilio del Museo Judío de Berlín? O ¿cómo surge unir a “Music for Prepared Piano” con 49 cuadrados? Y para un estado posterior, la pregunta posible a formular sería, ¿cómo esa unión se transforma en obra?

Anterior a que surja la posibilidad de unión entre las partes de la obra, había dos caminos que marchaban en paralelo. Uno era Cage y otro era el Jardín del Exilio. Las dos partes que forman la obra “Sumatoria” habían modificado cada una por su lado mi proceso como creador. Habían generado el caos necesario para que la transformación sea posible. Y por otro lado, el Museo Judío de Berlín en su conjunto, y en particular el Jardín del Exilio. Me había introducido a la interacción en su forma más básica. Transitar por un espacio, matemático, filosófico y abstracto, y lograr mi transformación como espectador era la misión del museo. Entendí el poder de la interacción. Entendí que quería transitar por ese camino.

Muchos años antes de que surja la unión de Cage con los 49 cuadrados animados ya se había iniciado el proceso. Ahora, ¿la obra comienza allí o cuando uno decide con que elementos trabajar? ¿Se podría pensar en la casualidad de que estos dos elementos se unan en algún momento del proceso creativo? ¿O se podría pensar en la maduración de los dos caminos paralelos en el cual se unen para formar una obra?

Concretamente, la primer animación de “Sumatoria” surge de la necesidad de presentar un trabajo en un festival. La planta del Jardín del Exilio ya había estado presente en cantidad de dibujos y primeros trabajos de animación en el “proyecto baldosas“[5]. Ahora, respondiendo a la primer pregunta: ¿cómo surge unir “Music for a Prepared Piano” con 49 cuadrados? la primer respuesta posible es que sale de la búsqueda de representar el “proyecto baldosas“ en un festival. La segunda respuesta posible es que inevitablemente se iban a unir. Cage era el soporte perfecto para esa animación. Cage era mi cambio en la escucha y Cage tenía que estar representado en una obra. Ambos caminos unidos en una obra eran la materialización de un punto importante en el proceso creativo global.

Nombramos un paso posterior al nacimiento de este primer estado de obra, de esta primer animación. Y también formulamos una pregunta posible: ¿cómo esa unión se transforma en obra? ¿cómo saber que ese primer módulo no es la obra?

Tal vez por percepción personal, tal vez por una necesidad propia, esa primer animación no podía ser una obra. Había un límite que todavía no estaba marcado. Había que forzar este encuentro de dos caminos un poco más. Y la pregunta obvia surgió: ¿por qué no hacer más animaciones con otras partes de la obra de John Cage? Para esto había que pensar en acotar la obra “Music for Prepared Piano”. Este acotar la obra de Cage nos iba a dar el marco, el límite, la lógica, su finitud. Acotar la obra de Cage nos iba a dar también una cantidad limitada de animaciones, su contexto conceptual y formal. Tampoco podía ser cualquier parte de la obra. Había una clave, y es que para esa primer animación se había elegido uno de los seis movimientos de “The Perilous Night” de “Music for Prepared Piano”. Ahí estaba el marco, esos 6 movimientos. Paso siguiente, elegir los sonidos  y generar las animaciones con la misma lógica que se había realizado aquel primer embrión. Para ello se dibujó una trama de cuadrados ya no de 49, sino de 441. Se dibujaron nueve bloques de 49 cuadrados. De todas estas combinatorias se llegó a la suma de 11 animaciones, una de ellas sin sonido y con alguna característica visual diferente al resto.

Estas movimientos están construidas en forma de bucle. Esta construcción es posible mediante una elección precisa de fragmentos en la música de Cage. La cual al repetirse infinitamente no produce un corte abrupto entre un comienzo y otro. Lo mismo sucede con los movimientos de los cuadrados. Las animaciones por bucle al tener una continuidad infinita necesitan que el único comienzo posible sea el primer clic de acción y su finalización el clic de cierre. Necesitan leerse como un movimiento continuo sin principio ni fin. Esto le añade una complicación a la construcción de la obra.

Ya estaban las animaciones con sus movimientos, con su color, con John Cage aplicando el sentido a esos movimientos. Faltaba un punto más. La manera en que esos 11 movimientos se iban a combinar entre sí. Para ello, se construyó un planta con la alternativa de que cualquiera de ellas comience y cualquiera de ellas continúe. Y en ese momento es cuando entra el espectador, él hace funcionar la obra, él le da sentido. Este espectador que mediante el clic va sumando o restando animaciones hasta formar la propia.

La obra tiene un límite concreto. 11 animaciones combinables puestas en un orden fijo. O sea que se combinan unas con otras en un orden preestablecido. La obra también tiene una doble coherencia, por un lado se trabajó sólo con una figura, el cuadrado, y por otro lado sólo con los seis movimientos de la obra “Music for Prepared Piano” que Cage nombró “The Perilous Night”. O sea que, la obra ha encontrado su lógica de forma y sonido, su límite y su marco. Y su identidad. Ya no está “The Perilous Night”, ya no está el Jardín del Exilio. Estos elementos embrionarios que le dan sentido en un momento inicial a un proyecto de obra se transforman en otra cosa. Esa cosa devenida en obra es “Sumatoria“.

Existen disparadores en todo proceso creativo. Dos líneas de trabajo concretas, búsquedas sonoras y visuales transformadas a través de un creador, es el resultado de una obra personal. Es el resultado de una obra signada por muchos otros procesos de cambio que ocasiona este creador al entrar en contacto con un material. Ambos se fusionan en una unidad nueva en la cual ni creador ni material serán los mismos que antes de ese encuentro. Y “Sumatoria“ es el resultado de ese proceso.


[1] Gilles Deleuze, Felix Guattari, 1997, Rizoma, 2° ed., Valencia, España, Editorial Pre-Textos. (p. 49)

[2] http://www.proyectobaldosas.com.ar/planta.html

[3] http://www.juedisches-museum-berlin.de/site/DE/homepage.php

[4] http://www.daniel-libeskind.com/

[5] http://www.proyectobaldosas.com.ar/