gimena del rio rande

Gimena del Rio Riande

gimena del rio rande

Gimena del Rio Riande es Investigadora Adjunta del Instituto de Investigaciones Bibliográficas y Crítica Textual (IIBICRIT-CONICET). Sus líneas de investigación se centran en la edición digital de textos, las Humanidades Digitales y la ciencia abierta. 

Dirige el Laboratorio de Humanidades Digitales HD CAICYT Lab (CONICET) y la primera Diplomatura en Humanidades Digitales en Argentina (UCES). Es Embajadora del DOAJ (Directory of Open Access Journals) en América Latina, miembro del Board of Directors de los consorcios FORCE11, Pelagios Network y de la Text Encoding Initiative.

Es directora de la Revista de Humanidades Digitales (RHD), presidenta de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD) y fundadora de la Red Argentina de Educación Abierta (AREA). En la actualidad, lleva adelante el programa Global Classrooms sobre edición digital de textos con la Universidad de Maryland.

Ricardo Dal Farra entrevistó a la Dra. Gimena del Rio Riande en septiembre de 2021.


1. ¿Podrías contarnos un poco sobre cómo llegaste al campo de las Humanidades Digitales?

Llegué al campo de las Humanidades Digitales cuando comencé mi doctorado, en 2004, en España. Ese año me había mudado de Argentina a España, ya que me habían concedido una beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, Madrid). Estaba trabajando en una edición crítica del Cancionero del Rey Dinis de Portugal, y mi director, el Dr. José Manuel Lucía Megías, también trabajaba en ese momento sobre los conceptos de hipertexto, edición hipertextual aplicados a los textos medievales. Al mismo tiempo comencé a descubrir recursos en línea para medievalistas, como Base de Datos da Lírica Profana Galego-Portuguesa (https://www.cirp.gal/), Bibliografia Eletronica dei Trovattori (www.bedt.it/), Rialto (www .rialto.unina.it /), que ponían ante mi millones de datos curados y ordenados para su consulta. El big data ya estaba allí! Para ese entonces, este campo se llamaba Nuevas Tecnologías o Informática Humanística.

Empecé a pensar en cómo trabajar en una “edición hipertextual” para mi tesis, y unos años después tuve la oportunidad de incorporarme al proyecto de la Dra. Mercedes Brea, la Base de Datos da Lírica Profana Galego-Portuguesa, y me interesaron mucho las “tripas” de las bases de datos. Muchos años después, en 2011, comencé a trabajar como investigadora en el proyecto Bibliografía de Escritoras Españolas Database (http://www.bieses.net/) con la Dra. Nieves Baranda en UNED-Madrid, y ese año, sin saber muy bien si estábamos haciendo Humanidades Digitales o Informática Humanística, ya que la terminología aún fluctuaba, también comencé mi primer proyecto de Humanidades Digitales  con Elena González-Blanco y Clara Martínez Cantón, el Repertorio Métrico de la Poesía Castellana, ReMetCa (www.remetca.uned.es/). 

Regresé a Argentina en 2013 como investigadora del CONICET y aquí inicié la Asociación Argentina de Humanidades Digitales (AAHD) (http://aahd.net.ar/) y los primeros proyectos en Humanidades Digitales desarrollados en el país, como Diálogo Medieval (http://hdlab.space/Poesia-Medieval/), o Pelagios Sur (http://hdlab.space/biblioteca-digital/).

2. ¿Cuándo empezaron las Humanidades Digitales en Argentina y qué problemas enfrentan hoy para constituirse como un campo académico?

El surgimiento de las Humanidades Digitales en el país está relacionado principalmente con individuos, investigadores, profesores, bibliotecarios, educadores que creen que el impacto de la tecnología en su área de especialización está creando un nuevo conocimiento y que también se comparte nuevo conocimiento en espacios muy diferentes, dentro y fuera de la Academia. . Es un movimiento basado en comunidades de práctica. Asimismo, las Humanidades Digitales interesan aquí no solo a las Humanidades “puras”, sino también a las Ciencias Sociales (Historia, Antropología, Sociología) y a los educadores. Integrantes de los movimientos de Acceso Abierto, Educación Abierta y Ciencia Abierta dentro y fuera de la academia también se han sentido atraídos por el campo.

Sobre los problemas actuales para la consolidación del campo, creo que es evidente que en Argentina las infraestructuras digitales para la investigación están hoy obsoletas en muchas instituciones. En la mayor parte de las instituciones el financiamiento para proyectos de las Humanidades o las Artes es casi inexistente, y, claro está, la “brecha digital” aún es un asunto por resolver, ya que las Humanidades Digitales utilizan la tecnología para explicar sus objetos de estudio y explicarse a sí mismas. Desde mi punto de vista, las Humanidades Digitales pueden ayudar a mejorar la alfabetización digital y computacional. También son una herramienta para democratizar el conocimiento.

En Argentina, las Humanidades Digitales han propiciado el desarrollo de diferentes líneas de investigación y la creación de una comunidad diversa que hace circular sus teorías, prácticas y nuevos objetos de estudio, no solo dentro de la Academia sino también en áreas periféricas, a través de espacios colaborativos. Uno de nuestros desafíos en la AAHD es mantener nuestra comunidad de práctica trabajando con firmeza en un campo científico propio pero también en el diseño de un currículo en Humanidades Digitales que sea real y posible en una región que sufre la desigualdad social, la obsolescencia de las infraestructuras y la lucha por la adaptación a las tecnologías. Nuestros desafíos en la AAHD tienen que ver con trabajar en estas intersecciones de centro-periferia, teoría-práctica, global-local, Humanidades Digitales-Digital Humanities.

3. ¿Qué tipo de proyectos de Humanidades se están desarrollando en Argentina? 

La mayoría de los proyectos desarrollados en el país o son pequeños, son actividades que se realizan en períodos cortos y siempre tienen un carácter más experimental, o forman parte de colaboraciones internacionales con proyectos de países del Norte Global. Es decir, cuesta aún encontrar proyectos nacionales. Esto tiene una explicación clara, y es el acceso y la posibilidad de utilizar software e infraestructuras, lo que incide en las posibilidades de producción, exhibición y preservación de proyectos. En Europa tenemos grandes proyectos financiados por agencias de investigación, pero también por consorcios europeos que invierten millones de euros en proyectos personales o grupales (pensemos en las convocatorias de Horizonte 2020, ERC, DARIAH). En los Estados Unidos, la NEH apoya otro gran número de proyectos de HD. Entonces, esas mismas infraestructuras preservan los materiales desarrollados. Existe todo un contexto científico que apoya y respalda la investigación. En Argentina y en la mayoría de los países latinoamericanos, no contamos con este tipo de infraestructura a nivel nacional, regional, lo que hace que nuestros proyectos sean más pequeños, más cortos o más experimentales o se resuman a colaboraciones, convenios con naciones del Norte Global.

4. ¿Cómo podrían mejorarse las condiciones para impulsar un mayor desarrollo de las Humanidades Digitales  en Argentina?

En primer lugar, las instituciones deberían apoyar nuestro trabajo y financiar proyectos transdisiplinares, con diferentes instituciones, con acceso a infraestructura  de servidores, con becas específicas para formación en Humanidades Digitales). Las condiciones podrían mejorar si las bibliotecas comenzaran a trabajar en proyectos conjuntos con investigadores, profesores y estudiantes. Necesitamos mejores infraestructuras que puedan respaldar y preservar nuestro trabajo. En el caso de un campo científico como el de las Humanidades Digitales, donde el uso de herramientas y recursos digitales son un elemento clave para la construcción de su epistemología, las infraestructuras se convierten en un soporte imprescindible que también regula su valor. 

5. ¿Cómo ves el futuro de las humanidades digitales en Argentina?

Veo el futuro de las humanidades digitales en Argentina muy relacionado con los movimientos de acceso abierto, software y hardware abierto, ciencia abierta y educación abierta, porque están prestando mucha atención a las formas en que lo digital puede ayudar a democratizar el conocimiento. Veo el futuro de las humanidades digitales en Argentina como comunidades de práctica que fomentan la cocreación y también encuentran formas de combatir la brecha digital. Veo el futuro de las humanidades digitales en Argentina como un movimiento con teorías muy sólidas que trabajará en enfoques críticos de la tecnología y redefinirá las Humanidades para el siglo XXI. 

6. ¿Cuál es tu visión sobre la ciencia abierta? ¿Qué proyectos te gustaría ver funcionando en Argentina -o más allá- en ese sentido?

La ciencia abierta es hoy en día la mejor forma de hacer ciencia. El impacto de lo digital en los modos de producción, colaboración, difusión, etc.  del conocimiento nos tiene que llevar a reflexionar y a buscar las formas más honestas y completas de mostrar lo que investigamos: nuestros datos de investigación, los procesos, metodologías de trabajo. Es decir, hacer investigación siempre fue mucho más que ofrecer resultados, pero hoy, procesos y métodos se pueden transparentar, compartir, abrir, si usamos las herramientas, protocolos, etc., adecuados. En este sentido, creo que las humanidades digitales tienen mucho que aportarle, como vengo sosteniendo hace tiempo. Por un lado, las humanidades siempre hicieron hincapié en los procesos; tener resultados o conclusiones concretas no es siempre una necesidad humanística. Por otro lado, las humanidades digitales, en su búsqueda de construcción de comunidad y en la posibilidad de pensar críticamente la tecnología, tienen también mucho que aporta a la ciencia abierta. Algunos piensan que la ciencia abierta puede dificultar la calidad de la investigación cuando en realidad es todo lo contrario: cuanto más sabemos de una investigación, más impacto y mejor evaluación. A mí me gustaría ver a unas humanidades digitales más abiertas dentro y fuera de la academia.

7. ¿Qué es la educación abierta? ¿En qué contexto te imaginas esto posible y con posibilidades de buenos resultados?

La educación abierta tiene muchos abordajes. En Estados Unidos la mayor parte de las conversaciones, por ejemplo, han surgido alrededor de la producción de materiales universitarios, que son carísimos para los estudiantes. En América Latina la educación abierta tiene más y mejores debate, creo yo. Hay una orientación a la creación de repositorios de todo tipo, a la elaboración de materiales en diferentes formatos, a la reflexión sobre los datos abiertos y de la educación abierta con otros abordajes abiertos. Asimismo, es interesante destacar que muchos proyectos se realizan asimismo fuera del ámbito institucional, como por ejemplo, los proyectos de educación abierta de Wikimedia.

Yo creo que todas estas propuestas son posibles en muy diferentes espacios y también nos pueden ayudar a habitar mejor otros espacios, como las bibliotecas, los centros culturales. La Ciencia abierta, en todas sus expresiones, no debe ni tiene que estar atada a la academia sino todo lo contrario.


Idioma original: Español
Fecha de Publicación: 28/09/2021


Links de referencia:
http://orcid.org/0000-0002-8997-5415
IIBICRIT, CONICET (Instituto de Investigaciones Bibliográficas y Crítica Textual) http://www.iibicrit-conicet.gov.ar/ 
Asociación Argentina de Humanidades Digitales: http://aahd.net.ar
Humanidades Digitales CAICYT Lab: http://hdlab.space/